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Comidas típicas que me recordaron a mi infancia

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Introducción

Uno de los recuerdos más vívidos que tengo de mi infancia son los sabores y olores de las comidas que mi familia preparaba. Cada platillo tiene una historia y un significado especial, y cada vez que los como, me transportan de vuelta a mi niñez. Durante mis viajes por diferentes países, he tenido la oportunidad de probar comidas regionales que me han recordado a esas deliciosas comidas caseras de mi infancia. En este artículo, compartiré algunas de estas experiencias gastronómicas con ustedes.

Mi primer viaje a México

Siempre quise visitar México para probar la auténtica comida mexicana, por lo que mi primer viaje a este país fue muy emocionante. Me alojé en casa de una familia local que me enseñó a cocinar algunos platillos típicos. Uno de mis favoritos fue la sopa de tortillas, que me recordó a la sopa de fideos que mi abuela solía hacer durante los días lluviosos. La sopa de tortillas es una deliciosa mezcla de caldo de pollo, tiras de tortilla frita, aguacate, queso y crema, que se puede personalizar con diferentes ingredientes.

Otro platillo que me enamoró fue el mole. Su complejo sabor agridulce y picante resultó familiar, probablemente porque mi madre solía hacer pollo en una salsa parecida que ella llamaba "pollo en salsa de cacahuate y chile". El mole, al igual que la salsa de mi madre, se elabora con una mezcla de chiles secos, especias, semillas de sésamo y cacahuetes. Aunque la preparación puede requerir un poco de tiempo y esfuerzo, el resultado final es impresionante.

Aventuras culinarias por Europa

Durante mis viajes por Europa, también tuve la oportunidad de probar algunos platillos que me recordaron a mi infancia. En Italia, comí una pasta al pesto que me llevó de vuelta a las cenas de los domingos en familia. La salsa de pesto, compuesta de aceite de oliva, albahaca, piñones y queso, se mezcla con pasta fresca para crear un platillo simple pero delicioso. Además, tuve la suerte de probar la auténtica pizza napolitana, que a pesar de no ser igual a la pizza de mi infancia, definitivamente tenía un sabor hogareño.

Otro destino culinario que no me decepcionó fue Grecia. Mientras caminaba por las estrechas callejuelas de la isla de Santorini, encontré una pequeña taberna que vendía gyros. El pan pita recién horneado, el pollo asado, los tomates frescos y los pepinos crujientes, todo envuelto en una pila de papas fritas, me recordaba a la comida rápida que solíamos comer mi hermano y yo después de la escuela.

Viajes culinarios por Asia

Mi viaje culinario por Asia empezó en Tailandia, uno de los países más conocidos por su comida. De todos los platillos que probé, el que más me recordó a mi infancia fue el panang curry. Los sabores y los aromas del curry de pollo, con leche de coco, chiles, hierbas, ajo y jengibre, eran exóticos pero familiares a la vez. Definitivamente, un plato que recomendaría a cualquiera que visite Tailandia.

Mi siguiente destino fue Vietnam, donde probé el pho. Esta sopa con fideos de arroz, carne de res, hierbas y lima, era similar a la sopa de fideos de mi madre, pero con sabores y aromas más intensos. Es un plato perfecto para cualquier momento del día, desde el desayuno hasta la cena, y es una excelente manera de experimentar la auténtica cocina vietnamita.

Conclusiones

La comida siempre ha sido una parte importante de mi vida, y viajar me ha permitido probar una amplia variedad de sabores y platillos. Aunque muchos de estos platillos son diferentes a las comidas caseras de mi infancia, hay algo en su sabor y aroma que me hace sentir como en casa. Desde la sopa de tortilla de México hasta la pizza napolitana de Italia, cada platillo tiene una historia que contar, una historia que me recordó a mi infancia.